
José Vicente Gualy Blanco
José con consejos y trucos sobre cómo afrontar los retos de cambiar entre varios idiomas.
La historia de José
El cambio diario de un idioma a otro puede ser un reto, pero también puede ser muy gratificante. José Vicente Gualy Blanco es estudiante de máster de Mediación Cultural en la Universidad Sorbonne Nouvelle en París (Francia) y es originario de Bogotá (Colombia). José compartió sus experiencias sobre el cambio de idiomas en un entorno internacional y cosmopolita, y le da a los lectores consejos y trucos sobre cómo enfrentar el reto de cambiar entre diferentes idiomas.
Entrevista realizada por Yoshi Emanuël
¡Bienvenido José! Hoy vamos a hablar de París, un lugar que es un centro cultural donde es frecuente el uso de múltiples idiomas en la vida cotidiana. Antes de que nos cuentes cómo es un día normal en la tuya, ¿podrías presentarte a nuestros lectores?
Claro. Me llamo José Vicente Gualy Blanco y tengo 28 años. Soy originario de Bogotá, Colombia, pero actualmente vivo en París. Estoy haciendo un máster en Mediación Cultural en la Universidad Sorbonne Nouvelle , aquí en París, Francia. Antes estudié una licenciatura en Estudios Literarios, en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.
Hablo español, inglés y francés, pero también portugués y noruego. Para estos dos últimos idiomas cuento con certificados en el nivel B1 del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER). Mi lengua materna es el español, pero desde pequeño aprendí inglés, ya que estudié en un colegio bilingüe en Bogotá. Después, durante mi adolescencia, decidí aprender portugués y francés también simultáneamente. Durante mi año de intercambio en Oslo, Noruega, allá por el 2015, empecé a aprender Noruego.
En cuanto a Bogotá, Colombia, supongo que se habla un español diferente al que están acostumbrados los europeos.
Correcto. Pertenecemos a este acento "geográfico". Se podría decir que tendemos a hablar muy despacio y que vocalizamos cada cosa. Creo que esto es muy distintivo y característico de nuestro acento colombiano, especialmente en Bogotá. Pronunciamos cada una de las letras de cada palabra, lo que lo hace diferente a otros países de habla hispana.
Interesante. Volviendo al tema de París. Tengo curiosidad por saber cuáles fueron las razones que te llevaron a mudarte y seguir tu carrera académica en Francia.
Bueno, digamos que venir a París… fue la ejecución de un plan muy postergado. Quería mudarme a París cuando tenía unos diecisiete o dieciocho años. Por eso aprendí francés durante mi adolescencia. A pesar de mis planes, terminé mi licenciatura en mi país porque no logré aplicar para el programa de intercambio, ya que las universidades de Francia y Colombia tienen calendarios académicos diferentes. Entonces, una de las universidades con un calendario académico igual a la mía era la Universidad de Oslo, Noruega. Después de terminar mi licenciatura, trabajé durante un tiempo en Colombia. En algún punto, decidí que era el momento de hacer un máster. Intenté con todas mis fuerzas para aplicar a un programa en París y me aceptaron. Por fin estoy aquí y, por eso, ya cumplí una parte de mi sueño. El máster de "Mediación cultural" se centra en hacer que la cultura sea más accesible para diferentes públicos. Básicamente, aprendo a crear proyectos o gestionar instituciones culturales para proponer diferentes formas de hacer la cultura más accesible. Esto da lugar a un enfoque interdisciplinario en el que se mezclan un poco de sociología, de gestión y de estudios culturales. Además, París es una de las mejores ciudades del mundo para sumergirse en el entorno cultural. Tiene un montón de museos, cines, teatros, y sin olvidar los festivales. Es una de las mayores capitales culturales de Europa, sino del mundo.
Sí, de hecho estaba pensando en el significado cultural de París. ¿Tienes algún ejemplo particular durante tus estudios que destaque la relación con París?
¡Todo el tiempo, todo el tiempo! Por ejemplo, va de la mano con el tema del tipo de estrategias que se necesitan para atraer a un cierto tipo de público. Recuerdo que nuestra universidad frecuenta un festival organizado por el Forum des Images. Que particularmente se centra en nuevos medios y tecnologías aplicados en el contexto cultural. El objetivo de esta institución es salvaguardar la historia de París mediante la creación de un archivo visual. Esto abarca desde las películas que se han rodado en París hasta las obras de arte visual que tienen a París como tema central. En conclusión, estoy muy contento de haber decidido hacer mis estudios en París, porque es un lugar muy rico culturalmente. Puedes explorar muchas cosas que no has hecho nunca antes.
Y además, París es una ciudad muy cosmopolita, que logra la mezcla de muchas lenguas. Por ejemplo en tu caso, que hablas muchos idiomas. ¿Cómo logras cambiar entre uno y otro?
Antes de que estallara la pandemia de COVID-19, vivía solo en un estudio pequeño. Lo describiría como un apartamento en el que sólo dormía porque el resto de mi vida la pasaba fuera. Por supuesto, tengo muchos amigos latinoamericanos y colombianos. Esto me llevó a tener conversaciones en español casi todos los días, por ejemplo durante mis descansos para comer o a la hora de la cena. Sin embargo, mis cursos universitarios eran en francés. Durante estos meses, utilizaba el español y el francés todos los días, casi en partes iguales todo el tiempo. Después pasó lo de la pandemia de COVID-19. Durante el primer “lockdown”, pasé mi tiempo en una ciudad llamada Nîmes, en el sur de Francia, con la familia de mi mejor amiga, una estudiante franco-argentina. Allí, de cierta forma, acabé en la misma situación en la que hablaba español y francés intercaladamente.
Cuando volví a París, me mudé a la Cité Internationale Universitaire de Paris, que es un campus enorme donde residen estudiantes de todo el mundo. Debido a la variedad de orígenes de los estudiantes, los idiomas comunes son el inglés y el francés. Esto es bastante chistoso, porque cuando me despierto veo mi teléfono y leo todos los mensajes de mis amigos y familiares en Colombia (debido a la diferencia horaria). Entonces mis primeros pensamientos siempre son en español. Durante el desayuno normalmente me comunico en inglés, porque lo más probable es que me encuentre con alguno de mis compañeros de piso. Luego, por la tarde, suelo hablar en francés, porque la mayoría de mis clases son en francés. Por la noche llamo a mi novio, que es brasileño, e intento hablar en portugués con él. En conclusión, hablo el idioma dependiendo de la situación, el momento y el lugar.
“Me acostumbré a cambiar entre todos estos idiomas muy a menudo, lo que finalmente llevó a mi mente a hacer un "clic". En algún momento, tu mente asume que tienes todas las herramientas para utilizar estos idiomas indistintamente. Supongo que después de todo, tu mente lingüística se vuelve más flexible.”
José Vicente Gualy Blanco
¡Suena muy agotador! ¿Cómo te enfrentas al cambio de tantos idiomas?
Pues tengo que admitir que sí es muy agotador. Sin embargo, te acostumbras. Me refiero a que lo he experimentado varias veces antes de llegar a Francia. En primer lugar, porque tuve una educación bilingüe, en inglés y español. Definitivamente eso contribuye a que no me resulte agotador cambiar entre esos dos idiomas. En Francia, sin embargo, pude notar que me cansaba muchísimo durante los dos primeros meses. Cambiar entre el francés y el español a diario era algo a lo que no estaba acostumbrado. Al principio, cuando regresaba a casa después de un día largo, obviamente estaba muy cansado. Entonces mi cerebro se apagaba y ya no me tomaba la molestia de pensar o hablar en francés.
Al final, me acostumbré. Me acostumbré a cambiar entre todos estos idiomas muy a menudo, lo que finalmente llevó a mi mente a hacer un "clic". En algún momento, tu mente asume que tienes todas las herramientas para utilizar estos idiomas indistintamente. Supongo que después de todo, tu mente lingüística se vuelve más flexible.
Seguro que tener una rutina estable también ha contribuido a eso. Parece que tienes una especie de estructura diaria de la estos diferentes idiomas también hacen parte. Por supuesto, hay días en los que te centras más en una lengua en particular. En ese caso, es clave ser constante y seguir practicando los demás idiomas.
Sí. La rutina diaria definitivamente ayuda. La mente es como otro músculo. Como lo has dicho, tienes que entrenarla y ser constante. Algo que me ayudó mucho fue entender que, si no encontraba la palabra indicada en algún idioma en particular, no era el fin del mundo. Y ya sabes, al final se trata de siempre intentar, no de sentirte abrumado, y simplemente intentar adaptarte. Creo que la mayoría de los estudiantes de idiomas pueden sentirse estresados o cansados por no saber cómo expresarse. Pero, yo creo que es sólo cuestión de dejarse llevar a donde sople el viento.

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